nació en una posada al lado de animales de granja. Fue un evento mágico, lleno de amor y deseo y que hoy se celebra con la reunión de familia y amigos.
Esta es una noche llena de risas, comida y algunos regalos. Los niños se duermen con la ilusión de que Papá Noel, Santa Claus y para algunos el gordito vestido de rojo que aparece en todos los centros comerciales, les lleve los regalos que ellas y ellos pidieron por portarse bien unos días.
Pero también es una maravillosa noche para perdonar. Te invito que ahora que estés sentada o sentado en la mesa con tus familiares y amigos, tomes unos minutos para meditar si esos resentimientos que tienes, son necesarios para seguir viviendo. Recuerda que más que daño a la otra persona por estar enojada o enojado, sólo te estás haciendo daño a ti. Ese enojo mal enfocado no está dañando a la otra persona mágicamente o kármicamente, sino que te esta dañando a ti. Es un ácido que estas preparando a tus adentros que se está derramando y quemando tu interior.
Medita si vale la pena. Reflexiona si es necesario sufrir por lo que otra persona hizo, tal vez sin darse cuenta o tal vez no tiene la capacidad de pedir perdón. No perdones para el otro, perdona para ti. Hoy es un gran momento para platicar y disculpar.
Feliz Navidad y próspero año nuevo
Innovación psicoterapéutica
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