La motivación que no nace desde el interior del cliente, es una motivación efímera y fugaz.
Cuando como terapeutas buscamos apoyar al desarrollo de herramientas nutritivas del paciente, a veces como consecuencia sale nuestra necesidad de curar y aconsejar. Esto es común en la profesión de la salud mental, pues muchas veces inconscientemente conocemos situaciones similares que salieron o evolucionaron gracias a "x" o "y"
Sin embargo lo que los profesionales de la salud capacitados han encontrado una y otra vez, es que la mejor forma de terapia es la que lleva al mismo cliente a encontrar su motivación interna para la salud.
Existen 4 aptitudes que sirven al psicoterapeuta y/o especialista de la salud para ayudar a su cliente a encontrar la motivación interior.
La primera es hacer preguntas abiertas. Cuando hacer preguntas que sólo te llevan al si o no, entonces tú sola(o) has cavado tu tumba. Es tratar de ver a todos los clientes como iguales. Cuando haces preguntas abiertas, lo que buscas es conocer mejor a tu cliente, escuchar y entender qué hay detrás de sus excusas y narrativas.
La segunda aptitud es la afirmación. Cuando afirmamos lo que nuestro cliente dice, le estamos dando a entender que lo hemos escuchado y que existe empatía. No se debe de confundir con la adulación en donde le festejamos cualquier éxito como si fuera un animal indefenso.
Nos desesperamos con los clientes que no corren a la salud y a veces no vemos a los que dan pequeños pasos pero que al final siguen caminando. Cuando afirmamos un éxito de nuestro cliente, le estamos dando la opción al mismo a reconocer dentro de si, su motivación interna.
La tercera aptitud es la reflexión. Esta se divide en dos, la simple y la compleja.
La primera es una herramienta útil cuando el cliente ya está motivado y sólo queremos que vuelva a escuchar lo que ha comentado. En la segunda, la narrativa es un poco distinta. Buscamos re encuadrar de otra manera lo que el cliente ha dicho.
Un ejemplo puede ser: "Vengo porque me obligan" En una reflexión simple diríamos "y si te obligan por qué sigues viniendo". Esto confronta al cliente y muchas veces acaba con la empatía.
En una reflexión compleja le podemos decir: "Entiendo que al inicio fuiste obligada(o) a venir, sin embargo tú tomaste la decisión de estar aquí sentada(o) y hablar sobre ti" y podemos hacer una pregunta abierta.
En el primer ejemplo hay una confrontación, en el segundo hay un interés genuino por conocer qué motiva al cliente.
La cuarta aptitud es el resumen de la sesión. Toda sesión debe de tener un cierre en donde se englobe lo que se habló y las afirmaciones que hubieron a lo largo del proceso. Esto en las adicciones es muy útil, porque la mente del adicto es diferente en configuración que la de los demás clientes. Un resumen ayuda al cliente a darse cuenta de lo que se ha estado trabajando y los avances que él o ella pueden estar teniendo. En ningún momento se debe de usar la adulación ya que se pierde credibilidad.
Escrito por: Adrián Salama.
Socio fundador COTEGA (http://www.cotega.org)
Una clínica especializada en la rehabilitación de adicciones.
Licenciado en psicología humanista, maestro y doctor en psicoterapia gestalt
por la Universidad Gestalt
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Twitter: adriansalama
Email: Adrian@cotega.org
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