Los golpes de la vida
La vida es un conjunto de eventos. Unos pueden ser terribles y otros pueden llegar a ser muy bellos. Desgraciadamente como seres humanos, nos quedamos más con los eventos agresivos que con los eventos bellos. Genéticamente estamos diseñados a aprender de dichos eventos y es por eso que se quedan más en nuestras memorias que los eventos que nos generan sensaciones bonitas.
muchas veces la vida nos da golpes de los que fuimos advertidos en varias ocasiones (y muchas veces hasta por varias personas). Lo increíbles es que de todas estas advertencias, a la única que sí le hacemos caso es a la que la vida nos da. Esas enseñanzas, esos dolores, nadie nos lo pueden enseñar.
Los padres, tutores y maestros tenemos aquí un reto. ¿Cómo hacer para lograr enseñar como lo hace la vida, sin el dolor o el sufrimiento?
Para mi, una de las formas, es a través de la experiencia controlada. Esto es, hacer lo que la vida hace, pero en pequeños bits de información. Como ejemplo podemos poner el siguiente:
Los niños tienden a quemarse si no se tienen las medidas necesarias dentro de la cocina. Las quemaduras son naturales porque los seres humanos somos muy curiosos y hasta que algo no nos pasa, no entendemos. Es por eso que con la experiencia que como adultos tenemos, podemos enseñar a nuestros hijos con pequeños bits de información. Esto es, tengamos una olla caliente, lo suficiente para quemar, pero no para lastimar, en la estufa. Cuando el niño se acerque a experimentar, hay que decirle que no lo haga, pero sin la imposición, la idea es que lo haga. Cuando se acerque ya no le digan nada y dejen que se queme (que quede claro que sólo es para quemar, no para lastimar) Ahí es donde como papás, tutores o maestros, tenemos la obligación de dar la enseñanza y mostrar amor y compasión.
Con esta información, ¿cómo podrías tú enseñar a tus alumnos o hijos algo de la vida, sin la agresividad que la vida puede generar?
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