jueves, 17 de enero de 2019

Y si... (agregue consejo aquí)

Aconsejar es un deporte para los seres humanos. En cuanto alguien nos trae un problema a nuestro
radar, se nos hace agua la boca y soltamos un "y si... (agregue aquí consejo)".

¿Qué nos hace consejeros profesionales? La realidad es que no existe un consejero profesional en vida. En acciones de bolsa, compra de productos y commodities, es muy sencillo encontrar mentores que nos puedan aconsejar sobre en dónde poner nuestros recursos, pero, ¿en nuestra vida?

Yo como terapeuta te puedo decir que por más de 15 años que he trabajado en esta rama, en ningún momento me he atrevido a dar un consejo contundente. Es arriesgar tu credibilidad y la salud mental de tu paciente por una sola razón. TU NO ERES TU PACIENTE

Esa es la única razón válida para no aconsejar a nadie. Tu no eres esa persona, tu no puedes, aunque quieras, estar en sus zapatos. Es imposible.

No es un tema de filosofía o psicología, incluso no es un tema de física o neurociencias. Es un tema de consciencia y sentido de realidad (por no decir sentido común)

La razón que a la mayoría nos encanta dar consejos, es porque son como una moneda al aire. Si nos sale bien, las personas nos alaban, pero si no nos sale, siempre nos podemos salir por la tangente y explicar que cada cabeza es un mundo.

En mi opinión, dar consejos es sólo aventar mis experiencias a otros y esperar que mi vida sea tan buena que logre impactar en la vida de otros. No está mal ni está bien, sólo te invito a no ser de esas personas que anda aventando consejos desde la soberbia de pensar que no hay mejor vida que la propia.




Escrito por: Dr. Adrián Salama













Elite Coaching e innovación psicoterapéutica

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