¿Por qué nos volvemos adictos?

¿Por qué nos volvemos adictos?

No es ninguna sorpresa, que hoy en México estemos viviendo uno de los momentos más terribles a nivel de salud. En la última encuesta del 2011, la secretaria de salud  arrojo que los niveles de  adicción en México podrían estar por encima del 1% de la población total.  Si contamos que el 2014 tenemos más de 120 millones de habitantes esto podría ser que hoy contaríamos con 120,000 personas con un problema grave adicción.

Para mí la realidad es otra, Dentro de mi trabajo terapéutico, me he encontrado con varias personas que sufren de algún tipo de adicción a una conducta, una persona, o a algún tipo de sustancia.

Lo que me lleva la pregunta, ¿qué es lo que nos hace adictos? Hoy podemos decir que vivimos en una sociedad que lo tiene todo. ¿es acaso que por tenerlo todo ahora no queremos nada?

Al parecer con tanta libertad comienza a crecer dentro del ser humano un programa de autodestrucción. Pareciera que lo que necesitamos es sentirnos encerrados; como si nos diera pánico la libertad. Un programa que como ahora podemos hacerlo todo, entonces el simple hecho de saberlo es suficiente para ya no querer hacer nada; como si la necesidad fuera cumplida en ese momento.

Esta desgracia es la que nos provoca la destrucción inconsciente. Lo grave es que es deseada por nuestra sombra (No yo o pseudo yo en psicoterapia gestalt). Hay que recordar que dentro de nuestra psique, existen energías que son polares, con esto quiero decir que lo que puede servir para crear, con un giro magnético, se convierte en destrucción. Lo que me lleva a hablar de la dopamina. En un artículo de la página web Nature.com (http://www.nature.com/mp/journal/v9/n6/full/4001507a.html) Se explica muy bien el efecto de la dopamina dentro del tema de adicciones (aunque hay que aclarar que aún no se sabe al 100% cómo es que funciona). Una de las funciones de la dopamina (pues son muchas) es producir placer en el ser humano.

Para dar respuesta a la pregunta ¿por qué nos volvemos adictos? Existen muchas respuestas. Este artículo no está destinado a ser científico, sino informativo. Para mi una de las razones es que perdemos el sentido claro de nuestra vida y al no tener qué nos motive, buscamos la solución más rápida. Esa solución a la que hemos sido educados desde pequeños. A tomar algo, ponernos algo, o hacer algo rápido para solucionar el displacer.

Ahora que comienzo a trabajar con personas que han caído en esta enfermedad, entiendo más. No es fácil sufrir este problema. El adicto a diferencia de las personas funcionales, tiene una enfermedad en donde la solución rápida ya no le permitió seguir con su vida. Podemos enojarnos con ellos, podemos regañarlos por no poder controlar, sin embargo desde mi experiencia, al ser una enfermedad, ellos no pueden parar. No es como otras personas que sí han probado drogas, han jugado juegos de azar o han tenido relaciones destructivas y con el tiempo lograron salir del problema. Para ellos la enfermedad los atrapa y ya no hay vuelta atrás, más que la abstinencia total.

Cuando tenemos gripe, el sistema cercano se preocupa y nos ayuda a salir adelante desde el amor. Cuando se tiene una adicción el sistema (que también es parte del problema) se enoja y desde la frustración mantiene al adicto dentro del ciclo. Es muy importante entender que al ser una enfermedad, no sólo el adicto debe de entrar a un proceso de terapia, sino también toda su familia.

¿Tienes más dudas? Nuestro equipo en el centro de orientación psicológica en adicciones puede ayudarte. Manda un mail a informes@cotega.org

Adrián Salama.

Socio fundador COTEGA (http://www.cotega.org)

Licenciado en psicología humanista, maestro y doctor en psicoterapia gestalt

(http://www.gestalt.mx)

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