jueves, 23 de junio de 2016

Homo homini lupus (El hombre es el lobo del hombre)



La escribe Plauto en su obra Asinaria y dice así:

“ Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit. Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro”

Tenemos egos primitivos, y me refiero a EGOS que no han salido de la era de piedra. Los seres humanos no nacemos malos, todo lo contrario, nacemos egoístas para así poder sobrevivir. Lloramos para ser alimentados, cambiados o acariciados. Conforme vamos desarrollando nuestro cuerpo y podemos ser más independientes, queremos conocer el mundo y somos curiosos. Todo nos gusta, persona que vemos queremos reconocer y ser reconocidos y aún así, en este camino hay un momento en donde todo cambia. En donde hacemos un terrible retroceso a la edad narcisista omnipotente pero con las herramientas que hemos desarrollado en el camino.

Mientras más educada la consciencia, más pelea nos dará nuestra fiera interior. Al día de hoy ya nada me sorprende. Internet fue creada para la guerra y su instinto sigue fiero. Hoy más que nunca se asemeja más a los periódicos amarillistas o a las cadenas de comunicación manipuladas, pero tratando de hacer un contrapeso, que al final del día, lo único que parece es que son la mano izquierda del mismo maestro.

Si bien es cierto que gracias a esta herramienta de comunicación a distancia, grandes científicos pueden apoyarse, familias mantener el contacto y acrecentar nuestra red social. También se ha convertido en la herramienta del cobarde, del rebelde sin causa y el hombre o mujer que lo único que quiere es ver el mundo arder.

Reconozco que podemos hacer mucho al llenar la internet de mensajes de amor y likes, sin embargo, a mi parecer el verdadero cambio no está en línea, sino justo en frente de nuestra frontera de contacto. El verdadero interés es desconectarnos y conectarnos con los seres humanos que tenemos físicamente en frente de nosotros.


Engordemos a nuestro lobo, llenémoslo de amor y caricias para que como un perro fiel nos ame de vuelta y no tengamos que estar al pendiente de su mordida sorpresiva. Rodéate de amor, haz el bien a los que están cerca de ti y el día que desgraciadamente un Homo Lupus te ataque, habrá tanto homo amorosus cerca de ti, que tus heridas serán sanadas y tu vida podrá seguir adelante.

 Adrián Salama.
Socio fundador COTEGA (http://www.cotega.org)
Licenciado en psicología humanista, maestro y doctor en psicoterapia gestalt

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