lunes, 7 de enero de 2019

Me ofendes

Últimamente de los estados unidos llega mucha información sobre acontecimientos sociales. Entre
los que más me han llamado la atención, es esta nueva moda sobre los sentimientos sobre la razón.

Al parecer estamos regresando a un oscurantismo, en donde si yo siento X cosa y tu no estas de acuerdo, puedo decir que me siento ofendido(a) y entonces la sociedad vendrá a salvarme. Pues como víctima, es importante que alguien haga algo. Y si además soy de un grupo vulnerable, pues más aún será la ayuda que reciba y la atención de los medios, ya que al parecer, todos desean la información y los comentarios, pero nadie hace nada realmente.

Ejemplo más claro es la ideología de género. Una nueva manera de ver la vida, en donde si naces con sexo masculino o femenino, no importa, ya que lo que importa es cómo te sientes. Puede que estés o no enterada(o), pero lo que se viene socialmente es un levantamiento de las emociones sobre la razón.

Quiero aclarar que esto no tiene nada que ver con las decisiones que cada uno pueda tener sobre su sexualidad, deseo, atracción o ideología. Tiene que ver con el movimiento social que está ocurriendo en donde se le da más poder a la emoción y no a la razón.

Para mi como psicoterapeuta, es importante destacar que las emociones sólo obedecen a las historias que nos contamos mentalmente. Esto es, las emociones obedecen a la razón (y por lo tanto, al pensamiento, sea o no consciente.)

Pondré un ejemplo muy interesante que ocurrió hace un tiempo en Buenos Aires Argentina, en donde un grupo de mujeres peleaba su derecho a abortar legalmente. Con la ideología de que es su cuerpo y ellas pueden hacer lo que quieran con el. Desde un punto de vista psicológico, lo que piden es completamente racional. Sin embargo, el tema del aborto no es de lo que yo estoy hablando, sino del tema en donde, si ellas se encuentran con un grupo que no está de acuerdo con este hecho, entonces, los catalogan como unos ignorantes, fascistas, machistas y patriarcales. Mismo caso al contrario. Los que no están de acuerdo con el aborto, las llaman feminazis, putas, asesinas, delincuentes, etc. El tema importante no es el cómo se avientan nombres o si un grupo está en lo correcto y el otro no. El punto es que al no escuchar lo que el otro tiene que decir y carecer de resiliencia emocional, así como auto estima, los seres humanos estamos entrando en una polarización peligrosa.

Voltaire, dijo alguna vez que, aunque no estaba de acuerdo con lo que el otro decía, al final defendería hasta la muerte la libertad de expresión. Sin embargo, la libertad de expresión, debe de ir acompañada del respeto. Sin una, la otra pierde peso. Sentirnos ofendidos u ofendidas, evita que podamos crecer en pensamiento y raciocinio. Necesitamos debatir y aprender, perder y levantarnos para así fortalecer aún más nuestro ser.

Si comenzamos a depender de que la sociedad sea la única encargada de defendernos y cuidarnos, entonces perderemos nuestra individualidad y para mi como psicoterapueta y conocedor del potencial que cada uno de nosotros llevamos dentro, esta ideología de víctimas enmascaradas en ofensas, sólo nos lleva a evitar el desarrollo humano y comenzar a ser dependientes de un sistema proteccionista y en su momento abusivo.







Escrito por: Dr. Adrián Salama













El Dr. Adrián Salama desarrolla innovación psicoterapéutica que genera excelencia personal. El desarrollo del potencial humano y la vanguardia son su sello personal

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