viernes, 1 de junio de 2018

Deja que la vida suceda

La vida es vida por lo que vivimos. Nuestros sueños se crean y algunos nos destruyen. Las risas se equilibran con el llanto y los sollozos con los suspiros. Al final de todo, ¿para qué?

Esta pregunta se la han hecho los seres humanos desde el inicio del lenguaje. ¿para qué estamos aquí,
por qué? Al tener consciencia de nuestra consciencia perdimos la automatización de nuestra naturaleza. El pez no sabe que nada en el agua, los animales no saben por qué se trasladan, simplemente su sabiduría se los impone y ellos en automático obedecen.

Esta filosofía de permitir que las cosas sucedan, se conoce en el Taoísmo como wu-wei, dejar que el rio fluya.

Suena muy sencillo, pero se complica con la práctica. Queremos gobernar y controlar lo que nos sucede. Creemos en nuestra infinita ignorancia que podemos controlar lo que nos sucede. El mayor dolor que el ser humano puede sentir es ser consciente de su completa derrota. No podemos controlar nada y mucho menos a nadie. Si existen casos de codependencia, casos de esclavismo y otras atrocidades, pero al final el control es una ilusión.

Dejar que la vida fluya es la base de la sabiduría, todo pasa cuando debe de pasar y si no pregúntale al río cómo hace para bajar el agua al mar.

Te deseo un gran día y muchas bendiciones

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Escrito por: Adrián Salama.

Licenciado en psicología humanista, maestro y doctor en psicoterapia gestalt por
Universidad Gestalt

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